Para lograr una comprensión profunda de las causas de la depresión, la efectividad del tratamiento y de la prevención, en MIDAP se utiliza un enfoque multidimensional que emplea las capacidades de sus investigadores, pertenecientes a diferentes disciplinas, para generar un modelo empírico de la etiología, prevención, intervención y rehabilitación de la depresión. En este modelo se estudia la relación entre la depresión y la personalidad, junto con las distintas dimensiones del funcionamiento humano que se han asociado empíricamente con esta enfermedad.

Áreas de investigación

Depresión y personalidad

La relación entre personalidad y depresión se ha conceptualizado al menos de cuatro maneras: Personalidad como vulnerabilidad para el desarrollo de la depresión, cambios de personalidad como consecuencia de alteraciones del estado del ánimo, temperamentos afectivos como manifestación de depresión subclínica, y características de personalidad como influencias en la manifestación clínica de la depresión.

Las múltiples dimensiones de la Depresión

Los distintos aspectos de la imagen han sido asociados empíricamente, por separado, a la depresión. Algunos estudios sobre cultura y depresión han mostrado diferencias en la epidemiología de esta última en distintos países, además de diferencias en la expresión sintomática de la enfermedad. La importancia del contexto social para comprender la mayor prevalencia de la depresión en ciertos niveles socioeconómicos, y en mujeres más que en hombres, se ha hecho patente mediante explicaciones que relacionan a la enfermedad con estresores asociados con la pobreza. Desde una perspectiva de desarrollo, la evidencia empírica ha enfatizado la importancia de las condiciones de la infancia temprana, la relevancia de la depresión y la suicidalidad en adolescentes y el impacto epidemiológico de la depresión en los adultos mayores. Los sesgos cognitivos y emocionales también han recibido un apoyo empírico importante, incluyendo el pensamiento irracional, los sesgos de memoria y atención, la baja autoestima, los estilos atribucionales y los pensamientos negativos. Dentro de los estudios psicofisiológicos, destaca la respuesta anormal del eje hipotalámico-hipofisario-adrenal, parte esencial del sistema neuroendocrino que controla la reacción al estrés, es un componente crucial en el desarrollo de la enfermedad. Por otro lado, los estudios genéticos no han logrado identificar un efecto principal único, pasando a incorporar distintos tipos de relaciones entre el genoma y el ambiente, como la interacción entre el polimorfismo del gen transportador de la serotonina y los eventos vitales adversos.