El sociólogo Cristián Montenegro, actualmente viviendo en Inglaterra, fue uno de los gestores de la realización de esta actividad en la que se reunieron académicos y estudiantes de distintas universidades de Europa para discutir y compartir sus investigaciones sobre la relación entre ciencias sociales y salud mental en América Latina.
“Mapping New Voices: Towards a Latin American Perspective in Global Mental Health” se llamó el primer workshop que el investigador MIDAP junto a un grupo de profesionales residentes en diferentes ciudades europeas, organizó en la ciudad de París y que convocó a académicos, investigadores jóvenes y estudiantes latinoamericanos, quienes se dieron cita para analizar, desde diferentes enfoques y disciplinas, la relación entre las ciencias sociales y la salud mental en la región.
El evento, que fue patrocinado por nuestro Instituto Milenio y que tuvo una duración de dos días, se enfocó en tres ámbitos principales: los problemas históricos y emergentes de salud mental en los países latinoamericanos; las políticas que existen en la región respecto al tema, y la investigación en salud mental y ciencias sociales.
Según indicó Cristian Montenegro, este encuentro permitió darse cuenta que es muy poco lo que se sabe sobre el estado de la salud mental en los países latinoamericanos. “Sabemos muy poco de nuestros países vecinos. El hecho que en Europa nos pongamos en contacto con otros latinoamericanos permite generar una visión y una red que conecta lo que cada uno sabe de su respectivo país. Cuando uno empieza a unir estos pedacitos de información, no solamente genera una visión más completa del continente, sino más bien una visión más enriquecedora de tu propio país, porque te permite ver que hay más de una opción, que las cosas se han hecho de más de una forma y que no estamos obligados a seguir una línea técnica o a hacer las cosas como cierta institución dice que tenemos que hacerla”, comentó.
Uno de las temas que se debatió ampliamente en la actividad, fue el rol que juegan instituciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS) o la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en las políticas sobre salud mental. Al respecto, el sociólogo señaló que: “el rol que han cumplido permanentemente estas instituciones ha sido establecer el futuro latinoamericano de una manera muy ordenada, lo que de alguna forma ha invisibilizado el aporte que Latinoamérica podría ofrecer a esta discusión. En el workshop se discutió la necesidad de que los grandes problemas de salud mental contemporáneos merecen ser revalorizados. Por ejemplo, se mencionó la necesidad de rescatar ciertas tradiciones como la medicina social latinoamericana, o la tradición de modelos más participativos no sólo en salud pública, sino que en la construcción de la sociedad”.
Uno de los grandes resultados de este evento, de acuerdo a lo indicado por el investigador, fue que permitió dar vida a PLASMA, una plataforma para la investigación social para la salud mental en Latinoamérica, espacio que buscará que investigadores, académicos y autores puedan compartir sus líneas de investigación, sus inquietudes y desarrollar proyectos en conjunto.
Hacia una integración de las ciencias sociales y la salud mental
Cristián Montenegro explica que al terminar sus estudios de sociología, la salud mental no era de su particular interés. Sin embargo, al empezar a trabajar en el Hogar de Cristo, pudo darse cuenta de la marginación que vivían las personas con discapacidades, especialmente aquellas de origen mental, y el rol que cumplía el Estado en ofrecer inclusión.
Luego de esta experiencia, se interesó en el tema y llegó a trabajar con la directora de MIDAP, Mariane Krause, en plena transformación de Núcleo a Instituto Milenio. En su rol de sociólogo, le interesó la propuesta que existía en este espacio para trabajar la salud mental con las ciencias sociales, áreas que generalmente no interactúan mucho, y en la cuales él estaba muy interesado.
Ya estudiando su doctorado en Londres, junto a otros colegas que estaban tratando de entender el campo de la salud mental desde la perspectiva de las ciencias sociales, todos coincidieron en que estaban trabajando en temas vinculados a Latinoamérica. A su vez, se dieron cuenta que esto era un terreno poco estudiado, que las ciencias sociales eran un elemento débil en la discusión de salud mental en la región y que el estudio se enfocaba más en una visión epidemiológica tradicional.
Cristián señaló que notaron una doble ausencia en la discusión: la de la Latinoamérica y de las ciencias sociales. Al respecto comentó que: “éste fue el antecedente inicial para decidir que lo que debíamos hacer era reunir a más gente que estuviera compartiendo este diagnóstico, más personas que estuvieran trabajando en salud mental desde las ciencias sociales en Latinoamérica. Fue así que al poco andar, y al reunirnos con estudiantes de Perú, de Brasil y de Colombia nos dimos cuenta que esto no era algo que solamente pasaba en Chile. Entonces, comenzamos a armar un grupo que compartía inquietudes por el tema, convirtiéndonos, de esta forma, en un equipo multidisciplinario y muy internacional”, concluyó el investigador.
* El correo de la plataforma es emailplasma@gmail.com, para todos los que estén interesados en participar y compartir sus estudios, trabajos y experiencias.