Investigaciones de nuestro instituto se convierten en innovadores planes de atención para la comunidad.
Si bien el fin básico de la ciencia es generar nuevo conocimiento, su aplicación concreta para mejorar la prevención, tratamiento y rehabilitación es también uno de los objetivos de la investigación de MIDAP. Y pese a que el Instituto lleva sólo cuatro años de funcionamiento como tal, ya está dando frutos. Hay en marcha intervenciones para determinar la efectividad de estrategias de mindfulness en ciertos tipos de pacientes; se han implementado métodos que –utilizando análisis matemáticos- ayudan a identificar estados mentales que llevan a conductas suicidas, para focalizar ahí la prevención; y recientemente comenzó a operar un programa que aplica los resultados de proyectos de investigación para dar atención psicológica a familias desde el embarazo hasta los cinco años de edad del niño o niña.
“Este es uno de varios ejemplos de la actividad de MIDAP, donde se empieza a cruzar esta brecha -que es bien típica de la psicoterapia, por lo menos en los tratamientos en salud mental- entre la investigación y la práctica, entre los desarrollos científicos con preguntas más o menos básicas hasta intervenciones basadas en esta evidencia, que pueden mejorar sustantivamente la calidad de vidas de las personas con ciertas problemáticas”, explica el Director de Investigación del Instituto, Dr. Alex Behn.
El nuevo servicio abierto a la comunidad se llama Programa de Salud Mental Perinatal 0 a 5 años (correo p.relacionestempranas@gmail.com), y empezó a funcionar en la Unidad de Salud Mental del Centro Médico San Joaquín. Como forma parte de la Red de Salud Christus-UC también recibe derivaciones de médicos generales, médicos de familia, pediatras y ginecólogos.
“En infancia, prevenir es mejor que curar, en el sentido de que –cuando actuamos tempranamente en un niño o niña o su familia- la intervención es menor porque la plasticidad de un niño pequeño es muchísimo mayor que la de uno más grande y se obtiene cambios mucho más rápidamente”, explica la Dra. Marcia Olhaberry, supervisora del Programa e Investigadora Adjunta de MIDAP. “Eso quiere decir que vamos a requerir un menor número de sesiones, que el efecto de la intervención se va a ver más tempranamente, y que a la vez estamos invirtiendo de manera más efectiva, ya que estamos previniendo dificultades en el desarrollo y problemas de salud mental en edades avanzadas”.
El foco de este nuevo servicio de atención psicológica son tanto los niños como la diada madre/bebé-infante, la tríada madre/padre/bebé-infante, y también las embarazadas.
“Cuando se trata del primer hijo/a, por ejemplo, y te conviertes en madre o en padre, ese hijo/a ‘aprieta las teclas’ de la propia historia, actualizando y trayendo a la memoria las experiencias infantiles que pudieron ser difíciles o dolorosas y que uno pensó que ya estaban olvidadas”, plantea la Dra. Olhaberry. “Entonces uno a veces, por amor a los hijos, es capaz de revisar y elaborar aspectos de uno mismo y de la propia historia para cambiar las relaciones y desarrollar habilidades parentales que no estuvieron presentes en los propios padres. Como padre o madre uno dice ‘yo no quiero que mi hijo/a viva lo mismo y estoy dispuesto/a a hacerlo distinto’. En este sentido, la parentalidad abre también una ventana en términos de la salud mental de los padres, favoreciendo la elaboración de la propia historia. Entonces los hijos/as pequeños que presentan dificultades o síntomas traen también ese ‘regalo’ para los padres: nadie mueve tanto como un hijo/a, ningún terapeuta es tan eficiente en eso.”
El Programa de Salud Mental Perinatal 0 a 5 años recoge toda la evidencia empírica lograda en dos proyectos Fondecyt que investigadoras de MIDAP han venido desarrollando en Primera Infancia: el Programa para la reducción de depresión y el incremento de la respuesta sensible materna en díadas madre-bebé, y el Programa de video-feedback para tríadas, que incluyó también a los padres. Este último –que utiliza grabaciones en video para que los pacientes vean su propio actuar- considera una de las herramientas que nuestro Instituto ha aplicado con especial interés para promover la mentalización. Un equipo está usándolo actualmente con educadoras de párvulos en jardines infantiles de la red JUNJI, y otro lo ha utilizado con profesionales de la salud y en familias.
“Se graban interacciones entre los papás y su hijo o hija, y luego se les muestran fragmentos del video con un objetivo terapéutico, invitándolos a reflexionar sobre lo observado, buscando mejorar la empatía y promover la mentalización”, dice Alex Behn, Director de Investigación de MIDAP. “No es para criticarles ni juzgarles, sino para mostrarles las oportunidades y ayudarles a practicar: ‘mire, cuando pasó tal cosa usted estaba mirando hacia el otro lado, se perdió el interés ¿se fija lo que sucedió ahí? Aquí hay una oportunidad ¡practiquemos eso!’ “
La modalidad de atención de este Programa está pensada para que sea breve, habitualmente entre 5 y 10 sesiones, con posibilidad de volver si se necesita, y se enfoca tanto en los problemas individuales como en los que involucran a las díadas o tríadas. En el caso de los bebés, las causas de consulta más habituales son por llanto frecuente, problemas con el sueño, o con la alimentación o el destete. En niños más grandes, pueden ser las pataletas, la baja autonomía –o el exceso de ella-, dificultades para ir a la sala-cuna o el jardín infantil, o problemas en la relación con su familia o sus pares. Y si el origen de la consulta está en alguno de los padres o cuidadores, las causas pueden ser múltiples, pero la consecuencia es la misma: un gran riesgo para la salud mental presente y futura de ese niño o niña.
“Sabemos que la depresión es importante, que es prevalente, que es más alta en mujeres y mayor en períodos de crianza. Sin embargo, lo que te ofrece el sistema de salud mental en Chile es atención para el adulto, y un bebé está muy ligado a sus cuidadores y depende de ellos. Por lo tanto, tenemos que movernos también hacia modelos de atención que consideren a las díadas y a las tríadas familiares, pensando que una madre deprimida o un padre deprimido con un niño pequeño, van a impactar también en su salud mental y su desarrollo”, advierte la Dra. Olhaberry. “Por lo tanto, derivar a un programa que aborda díadas y tríadas implica agregar una dimensión relacional, comprendiendo que el bebé/infante no existe solo. Habitualmente, en los tratamientos individuales una madre o un padre pueden asistir por períodos prolongados a psicoterapia combinada con tratamiento farmacológico y obtener mejoras. Pero en la depresión, por su dinámica –especialmente en depresiones recurrentes y complejas- las personas en tratamientos individuales tradicionales se sumergen en su sufrimiento, exploran su historia, y el propio proceso muchas veces interfiere la disponibilidad psicológica y el espacio mental para el bebé, justo en un período en que éste construye sus primeros vínculos y su cerebro. La distancia afectiva de la madre y/o el padre empobrece entonces sus relaciones y afecta negativamente la calidad del apego, marcando de manera importante el desarrollo y la salud mental posterior del niño o niña”.
El equipo profesional del Programa lo integran –además de la Dra. Marcia Olhaberry- la investigadora de MIDAP, Dra. Catalina Sierverson, y las magísteres en Psicología Macarena Romero y Daniela Iribarren.