En diciembre fue publicado el informe “Adaptación al contexto académico 2021: Percepciones de estudiantes de educación superior de la Región de Valparaíso”, a cargo del Investigador Joven Javier Morán y la Investigadora Colaboradora Claudia Calderón.
Este informe se enmarca en el contexto del estudio “Salud mental, estresores y recursos de afrontamiento psicológico de estudiantes de educación superior de la región de Valparaíso a partir de la pandemia por COVID-19” cuyo objetivo general es: evaluar el impacto de estresores familiares y académicos emergentes durante la pandemia por COVID-19 sobre la salud mental de estudiantes de educación superior de la Región de Valparaíso.
El estudio cuenta con la aprobación del Comité de Ética de MIDAP y se llevó a cabo a través de una encuesta en línea dirigida a estudiantes de educación superior de la región de Valparaíso que tenían entre 18 y 29 años de edad, durante septiembre y octubre del 2021.
“Los resultados reflejan, en general, un mejor nivel de adaptación al contexto académico, por parte de estudiantes que los resultados que vimos el año 2020. Aun así, un número importante –cerca del 50%– destaca su preferencia por actividades presenciales, lo que se eleva hasta casi el 70% si consideramos jóvenes que se interesan por modalidades híbridas en donde asisten presencialmente. Esto, además, coincide con una mejor percepción de aspectos como calidad de la conectividad o mejores condiciones de espacio físico para el estudio”, indica Morán, y agrega que “un elemento importante asociado puede ser lo que refleja el desacuerdo respecto a que la modalidad online favorezca aprendizajes esperados (43% de las/los encuestadas/o refieren esto). Cuando hablamos de la percepción de efectividad de esta modalidad para el logro de aprendizajes en actividades prácticas, el desacuerdo llega incluso al 60% en carreras de la salud”.
Entre 2020 y 2021, indica el Investigador Joven, también se registra un cambio con respecto a la percepción de preocupación y afectividad por parte de las y los docentes. “Posiblemente da cuenta que en muchos casos hubo un aprendizaje y avance que se refleja a nivel de la docencia. Lo señalo ya que una queja generalizada de la encuesta del año 2020 fue justamente la sensación de falta de empatía por parte de sus docentes con sus condiciones de vida en pandemia”.
El estudio también entrega datos sobre la percepción de los vínculos y espacios de contacto entre pares, así como del tiempo que las y los estudiantes están frente a una pantalla: “Resulta preocupante que un 51% refiere estar al menos 8 horas diarias conectados a pantallas para participar de las actividades académicas. Esto también coincide con algo que intuíamos: casi el 70% de la muestra refiere que ha tenido que dedicar más tiempo a los estudios que antes de la pandemia”.
Finalmente, Morán explica que “todos estos aspectos son de mucha relevancia para la salud mental: percepción de eficacia en el aprendizaje, relación con el cuerpo académico, vínculo con pares, sobrecarga académica. Nos parece que estos aspectos abren un campo de suma relevancia para comenzar a vislumbrar el rol que cumple la universidad y este contexto en general en torno a la salud mental de estos jóvenes. Adicionalmente, estos datos nos muestran una vez más que este grupo es heterogéneo, tal como las áreas de estudio. En este sentido, el impacto de la pandemia en la universidades no es único, sino que debería ser evaluado en virtud de los perfiles de carreras, estrategias metodológicas que caracterizan el aprendizaje de ciertas áreas, entre otros aspectos”.