El psiquiatra y docente de la Universidad de Chile, Paul Vöhringer, fue galardonado como el investigador más productivo del recinto asistencial universitario. El doctor tiene una mirada crítica con respecto a cómo la sociedad y el país aún no se han hecho cargo de las enfermedades mentales, las que han aumentado “dramáticamente”.
Paul Vöhringer recibiendo premio.
El investigador del Instituto Milenio para la Investigación en Depresión y Personalidad, Paul Vöhringer, tiene que dividir su tiempo entre la atención en el Hospital Clínico de la Universidad de Chile, la docencia de nuevos internos en psiquiatría y la investigación científica. Tiene variados intereses de estudio, pero es experto en trastornos de ánimo como la depresión y la bipolaridad.
En medicina, como en muchas otras disciplinas, la evidencia y el conocimiento se difunden a través de publicaciones en revistas científicas de impacto a nivel nacional e internacional. El Dr. Vöhinger cuenta que comenzó a interesarse en la investigación para intentar dilucidar las áreas grises a las que se ve enfrentado al ejercer su profesión, presentando su propia evidencia frente al tema. “Los médicos trabajamos siempre con altos niveles de incertidumbre, cuando uno tiene que tomar una decisión clínica frente a un paciente nunca existe una respuesta cien por ciento segura, siempre hay más posibilidades. Hay distintas maneras para lidiar con esa incertidumbre y, en mi caso, creo que la mejor manera fue tratar de yo mismo hacer algo para llenar esos espacios”, explica el psiquiatra.
Para ser publicado en las revistas internacionales reconocidas, el proceso consiste en enviar el paper al editor de la revista, que a su vez lo envía a 2 o 3 revisores anónimos expertos en la materia. Estos investigadores ven si el estudio tiene los méritos suficientes para ser publicado y envían las correcciones o simplemente lo rechazan. Algunas de las revistas más reconocidas y de mayor impacto a nivel internacional en el área de la medicina son “The Lancet”, “England Journal of Medicine” y, en el área de psiquiatría, la “American Journal of Psiquiatry” o la “Journal of Afective Disorder”. Estas publicaciones son las más citadas y a las que se recurre cuando se busca conocer algo específico sobre cierto tema, comenta el profesional, quien durante su trayectoria en investigación ha sido publicado en varias de ellas.
En este contexto, el investigador de MIDAP, recientemente fue reconocido por su aporte a la generación de conocimiento en el área de la psiquiatría, convirtiéndose en el profesional del Hospital Clínico de la Universidad de Chile que más papers generó durante el año 2016, con un total de doce publicaciones.
El resultado de estas investigaciones científicas sobre trastornos de ánimo, traducidas en publicaciones de relevancia nacional e internacional, le han permitido al Dr. Vöhringer conocer y describir “de qué forma el país y la sociedad nos estamos haciendo cargo de una realidad epidemiológica que ha ido cambiando dramáticamente. De esta forma, ahora sabemos que Chile tiene un panorama anímico bastante sombrío”, explica el experto.
La deuda de Chile con la salud mental
A pesar del prestigio de las revistas y la motivación por generar contenido científico y evidenciar empíricamente nuevos avances en el área, Paul denomina a la investigación como “el hermano pobre”, porque hoy en día es imposible vivir de la investigación en Chile, ya que no existen las condiciones ni los recursos para hacerlo. Precisamente en una de sus publicaciones, habla de la deuda histórica que tiene el país con la salud mental, problema del cual ninguno de los gobiernos pasados se ha hecho cargo, independiente en la vereda política en que se encuentren.
En países como Canadá, del total de fondos destinados a la salud, entre un 15 y un 20 por ciento son destinados exclusivamente a la salud mental. En Chile, en cambio, se invierte sólo dos por ciento a esta área. Al respecto, el investigador de MIDAP, señala que nuestro país al ingresar a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), se comprometió a llegar al 8 por ciento, sin embargo, a la fecha, esta cifra no se ha alcanzado.
Paul Vöhringer explica que “las patologías neuropsiquiátricas son las que generan mayores pérdidas de productividad en el país, y son las que tienen menos presupuesto, entonces hay una contradicción tremenda. Además, existe mucha evidencia que sugiere que por cada peso invertido en salud mental, el Estado obtiene cuatro de vuelta. Entonces, si yo en un plan de salud mental invierto en más horas médicas, más fármacos y más psicólogos, esto se traduce en que más personas pueden ser diagnosticadas y tratadas a tiempo”.
A esto añade que existe poca psicoeducación. “A mí me gusta trabajar con estas patologías porque veo cambios concretos en las personas, veo que pueden retomar el nivel de vida que tenían antes, pero hasta ahora no veo a ningún político o candidato hablando de salud mental. El tema reviste un gran estigma y nadie habla de que asistió al psiquiatra y a pesar de que mucha gente padece trastornos de ánimo, nadie lo dice y no parece ser rentable en términos comunicacionales”, expone el docente universitario.
El último estudio realizado en Chile, señala que la depresión alcanza cifras muy por encima del promedio mundial con una prevalencia de 17,2% en la población general y de 25,7% en mujeres, mientras que el 21.67% de las personas indicó haber recibido un diagnóstico de depresión al menos una vez en su vida, según estudios realizados por el Ministerio de Salud. En contribución a estos antecedentes, el Doctor Vöhringer publicó un estudio que señaló que en la población consultante de atención primaria, un 80 por ciento de las personas que tiene una patología relacionada con salud mental, no está diagnosticada.
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