Cada 10 de septiembre se conmemora el Día mundial para la Prevención del Suicidio. En este contexto, este año se publicaron las columnas de opinión de la Investigadora Asociada Vania Martínez, y el Investigador Joven Álvaro Jiménez.

Prevención del suicidio en Chile, por Vania Martínez. Publicada en The Clinic. 

“En Chile, el número de muertes por suicidio en la década 2010-2019 tuvo una tendencia global a la baja. Esto ocurrió a pesar del bajo presupuesto estatal que se ha destinado a salud mental a través de los distintos gobiernos y sin tener claridad de los elementos principales que han contribuido para aquello.

Chile cuenta con orientaciones para la implementación de un Plan Nacional de Prevención del Suicidio desde el año 2013. Este tiene seis componentes que se han implementado de manera desigual a lo largo de nuestro territorio.

Actualmente estamos en un escenario particularmente complejo para la salud mental, podríamos decir que es la “tormenta perfecta” para que haya un aumento de la conducta suicida. Por una parte, ha habido un aumento, especialmente en población adolescente  de depresión, ansiedad, estrés y consumo problemático de alcohol y otras drogas Por otra parte, hay grandes dificultades para el acceso efectivo de la población a atención oportuna y de calidad en salud mental. Las listas de espera para atención por profesionales de salud mental aumentan cada vez más tanto en el sistema público como en el privado. A esto hay que agregarle factores estresores locales en un escenario global de alta incertidumbre social, económica, política y ambiental, alimentado, además por la desinformación en redes sociales. Estamos aún a tiempo y es ahora cuando tenemos que actuar para evitar el aumento de los suicidios en Chile”

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Día Mundial para la Prevención del Suicidio: el efecto pandemia y el escenario que no podemos perder de vista, por Álvaro Jiménez. Publicada en Qué Pasa/La Tercera.

““Vivo únicamente porque puedo morir cuando quiera: sin la idea del suicidio, hace tiempo que me hubiera matado”. Así resumía el escritor Emil Cioran su posición respecto a la posibilidad del suicidio. Pero, a diferencia de este tipo de representación, generalmente el acto suicida no responde a una elección entre la vida y la muerte, sino entre sufrir y dejar de sufrir. Como problema psicológico, el suicidio tiene menos que ver con el sentido de la vida y más con un intento de escapar de un sufrimiento insoportable. Se trata, por cierto, de una experiencia intensamente individual, pero también de un fenómeno social que interroga nuestra vida colectiva.

Si consideramos las tendencias de las tasas de suicidio durante las últimas décadas (2000-2019), observamos que Chile ha experimentado rápidas y marcadas fluctuaciones en el número de muertes por esta causa: luego de una preocupante curva ascendente (2000-2009), se observa una tendencia global a la baja en la cantidad de suicidios (2010-2019). Por ejemplo, si se compara el período 2010-2014 con 2015-2019, es posible ver una disminución del 7% en las tasas de suicidio. Sin duda se trata de buenas noticias, pero identificar los factores asociados a estos cambios de tendencia sigue siendo un desafío importante para la investigación en salud pública”.

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