Más de 50 profesionales de todo Chile participaron de la octava versión del curso “Riesgo suicida: evaluación y manejo”

Entre el 2 y el 23 de agosto se realizó la octava versión del curso “Riesgo suicida: evaluación y manejo”, del que participaron 54 profesionales de distintas regiones del país.

El suicidio en Chile presentó en 2019 una tasa de 10,03 por 100.000 habitantes, esto significa que unas 1.902 personas murieron durante ese año por esta causa. A esta cifra se suman los intentos de suicido, que pueden llegar a ser 20 veces más numerosos que los suicidios e impactan a las personas del entorno de quienes sufren este problema. Es así, que se reconoce como un grave problema de salud pública que no ha logrado ser disminuido significativamente. En este escenario nacional, se ha convertido en una urgencia la capacitación de profesionales en detección, evaluación y manejo de casos con riesgo suicida.

En concordancia con esta necesidad, MIDAP ofreció nuevamente esta capacitación con el propósito de entregar herramientas efectivas a profesionales de la salud y otras disciplinas que trabajan con adolescentes y adultos que pueden presentar este riesgo. Este año participaron psicólogos/as, psiquiatras, trabajadores/as sociales, médicos/as generales y pediatras.

“Este curso lo empezamos a hacer el 2014 al alero de la Universidad Católica, – desde 2017 está organizado íntegramente por MIDAP– y las primeras versiones estuvieron basadas en nuestra experiencia clínica que, en nuestro equipo, era en el área privada de la salud mental. Luego, fuimos incorporando los resultados de nuestra investigación, hallazgos científicos que nos aportaron material y con los años se fue dando un flujo que nos permitió aprender de los mismos participantes, lo que ha enriquecido este curso.  No podemos olvidar que estamos haciendo capacitación para adultos, y cuando trabajas con adultos es importante tomar lo que ellos saben”, señala Susana Morales, Investigadora Adjunta y coordinadora docente del curso, y agrega que “estos espacios son altamente participativos, también se experimenta en compañía de otros y se comparte lo que a uno le pasa cuando ve pacientes difíciles. Este año nos hemos encontrado con personas muy participativas, muchos de ellos tienen experiencia, lo que enriquece y aporta a la discusión. En esta versión hay participantes de todo el país, lo que nos permite rescatar y recabar las experiencia de cómo se vive en distintos lugares del país, que también es muy importante”.

El curso contempló contenidos relativos a los factores de riesgo y protectores, señales de alarma, evaluación clínica del riesgo suicida, el autocuidado del/la terapeuta, intervención en crisis con riesgo suicida, intervención a nivel familiar y población LGBTIQ+, el manejo del suicidio de un paciente en equipos de salud, y culminó con un taller de aplicación de la evaluación e intervención, y análisis con técnica de diálogos colaborativos.