Enmarcado en el proyecto de investigación “Efecto del Confinamiento en el contexto de la pandemia por COVID-19 en la salud mental y recursos psicológicos de afrontamiento de estudiantes de educación superior”, se realizó una encuesta de caracterización de estudiantes de educación superior entre junio y julio de 2020, que abordó aspectos académicos, relacionales y de salud mental en el contexto de la pandemia. El estudio estuvo a cargo del Investigador Joven, Javier Morán, junto a la Investigadora Asociada, Claudia Miranda; la ayudante de investigación de MIDAP, Raffaela Carvacho, e investigadoras e investigadores de las universidades Católica de Chile y de Valparaíso.
El objetivo general de la investigación fue evaluar el impacto de estresores familiares y académicos emergentes durante la pandemia por COVID-19 sobre la salud mental de estudiantes de educación superior que vivían en ese momento situación de confinamiento.
Dentro de los principales resultados se encuentran que el 65% de los encuestados cree que las dificultades emocionales pueden ser una obstáculo para continuar con sus estudios, mientras que el 35% indicó dificultades económicas, el 18% la necesidad de cuidar a terceros y el 12% dificultades de salud física. Por otro lado, el 44% indicó que la modalidad online había favorecido “en algo” el aprendizaje, mientras que el 42% indica que nada o casi nada. El 64% usa su teléfono para conectarse a clases, como dispositivo principal o en complemento con el computador o tablet.
Sobre sus condiciones para estudiar, el 42% señaló que fueron regulares, el 26% adecuadas, y el 33% indicó que fueron malas o muy malas. Sobre el futuro, al 44% le preocupa tener dificultades económicas para seguir estudiando, mientras al 55% le preocupa no poder rendir bien.
Un dato relevante indica que el 92% no ha iniciado psicoterapia (motivado por la pandemia), sin embargo, de ese grupo, el 40% cree que debería.
“Nos llamó principalmente la atención el elevado nivel de depresión de la muestra, con un 74% de personas con síntomas que coinciden con niveles de depresión moderada a severa. Esto es relevante ya que si sólo nos basamos en estos valores, todos estos estudiantes deberían estar teniendo atención en salud mental. Claramente es difícil concluir algo así de manera categórica, ya que siempre es una limitación el haber aplicado un instrumentos, y no una entrevista clínica. Por otro lado, nos llama la atención los antecedentes que se observan en torno a dificultades importantes de conectividad o condiciones de espacio físico. Cuando buscamos evaluar si había alguna asociación entre esto y mayors problemas de salud mental, vimos que efectivamente era así. Es importante recordar que para un numero importante de estudiantes de educación superior, los estudios representan su principal proyecto vital, y en este caso, se ve interferido por condiciones que van más allá de sus posibilidades”, señala el investigador Javier Morán.
Los resultados completos se pueden descargar aquí.