El miércoles 19 de julio, en la Casa Central de la Universidad de Chile, se dio inicio al trabajo de los ministerios de Salud y Educación, junto a las comunidades universitarias y un Consejo Asesor conformado por expertos y expertas, que culminará con una nueva política pública en salud mental para la educación superior, la que se espera esté lista en diciembre de este año.
En esta instancia, encabezada por el subsecretario de Educación Superior, Víctor Orellana; la subsecretaria de Salud Pública, Andrea Albagli, y la Rectora de la Universidad de Chile, Rosa Devés, se dieron a conocer los resultados del diagnóstico realizado por la Subsecretaría de Educación Superior en esta materia.
La vicerrectora (s) de Asuntos Estudiantiles y Comunitarios de la U. de Chile, Pamela Díaz-Romero, señaló que “las cifras de estudiantes afectados en su salud mental ha crecido de manera alarmante durante el proceso de retorno a la presencialidad”. Sin embargo, señaló que dentro de las distintas casas de estudio existen esfuerzos para “desarrollar estrategias que permitan la detección oportuna, la contención adecuada y la derivación eficaz de los casos complejos. Para esto es fundamental la colaboración de las instituciones de educación superior con los ministerios de Educación y Salud”.
Luego, un grupo de expertos y expertas expuso sobre distintas iniciativas en curso y las estrategias implementadas que buscan resguardar la salud mental en los estudiantes universitarios. El panel de especialistas, representantes de diferentes instituciones, lo conformaron Vania Martínez, directora del Núcleo Milenio para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes (Imhay), académica de la Facultad de Medicina de la U. de Chile e Investigadora Adjunta de MIDAP; Belén Vargas, asesora del Departamento de Salud Mental del Ministerio de Salud (Minsal); María Teresa Ramírez, especialista de Somos Comunidad del Ministerio de Educación (Mineduc); Cristóbal Hernández, Investigador Joven de MIDAP; e Ivonne Ahlers, directora de Salud Estudiantil de la Universidad de Chile.
Dentro de los puntos destacados, María Teresa Ramírez comentó que parte de la planificación del trabajo intersectorial es establecer el alcance de la acción institucional y gubernamental, así como la necesidad de articular redes de trabajo. “Es importante entender que el bienestar y la salud mental es una condición para la garantía del derecho a educación, desde la educación inicial y como un proceso continuó, con espacios articulados de acompañamiento”, sostuvo.
Por su parte, Cristóbal Hernández hizo énfasis en la importancia de las comunidades, apuntando que “está demostrado que las personas desarrollamos nuestro máximo potencial cuando nos apoyamos y nos sentimos seguros. En el caso contrario, las relaciones interpersonales se transforman en un evento estresor”. Agregó, además, que “una buena calidad en estas relaciones ayuda a reflejar menor incidencia de síntomas depresivos”.
La profesora Ahlers, en tanto, expuso sobre el preocupante aumento en la gravedad y en el número de solicitudes de atención en salud mental en la Universidad de Chile, las que han crecido en un 167% en comparación a 2022. Además, presentó las acciones implementadas por la institución en esta materia. “Esta situación la hemos enfrentado mediante un modelo de atención escalonada que involucra un equipo multidisciplinario y que incluye actividades de promoción y prevención en salud, atención clínica de problemas de salud mental y continuidad del cuidado”, detalló.
Durante la actividad, los subsecretarios de Educación Superior y Salud Pública expusieron sobre los resultados del Primer Diagnóstico Institucional en Salud Mental del Sistema de Educación Superior. Entre los hallazgos, se dio a conocer que el 69,6% de las universidades cuentan con lineamientos sobre salud mental, en tanto, un 44,3% de las instituciones de educación técnico profesional poseen estas estrategias. Un ejemplo es el trabajo desarrollado por MIDAP junto a Duoc UC, encabezado por el director de Investigación Alex Behn, y del que participa Cristóbal Hernández.
El subsecretario Orellana anunció que “hemos concluido el diagnóstico y vamos a pasar a la etapa de los hechos. Eso supone avanzar a constituir un comité asesor para terminar con un plan de acción en diciembre de este año”.
“Debemos reconocer que no hay salud sin salud mental. Su cuidado es continuo y se debe abordar desde lo preventivo hasta las atenciones en salud”, aseguró por su parte la subsecretaria Albagli. La especialista planteó, asimismo, que “se ha instalado un estigma respecto a los problemas de salud mental, lo que se transforma en una barrera de acceso. Las personas sienten vergüenza, no comparten ni conversan sus problemas y eso evita que reciban el cuidado oportuno”.
Sabina Orellana, presidenta de la FEUC y vocera oficial de la Confech, hizo un llamado a que este trabajo sea con los estudiantes y que “repensemos los modelos de estudios y de evaluación, las redes de apoyo de los estudiantes de regiones, el sistema de acompañamiento. Es posible tener una educación de excelencia y una cultura de bienestar, son compatibles. Estudiar no puede ser sufrimiento o ansiedad, la universidad no puede ser un espacio de riesgo, debe ser un espacio de disfrute”.
El lanzamiento del plan de trabajo intersectorial en salud mental para la educación superior tiene como objetivo principal fortalecer las acciones y políticas en este ámbito, fomentando la colaboración entre las instituciones de educación superior y el gobierno.
Al respecto, la Rectora Rosa Devés enfatizó la importancia de considerar la voz de las y los principales implicados en la elaboración de esta nueva política. “Los y las estudiantes tienen una fuerza muy grande para movilizarnos. Ellos y ellas deben ser protagonistas”, expresó. Destacó, además, que “hoy mostramos que las instituciones, junto con el Ministerio de Educación y Salud, estamos trabajando articuladamente y esto es un ejemplo para otras políticas públicas”.
El Rector de la Universidad de Valparaíso y presidente del Consorcio de Universidades del Estado de Chile (CUECh), Osvaldo Corrales, destacó que se trata de un proceso participativo que va a contar con las experiencias de las propias comunidades. En este sentido, aseguró que “es un hito extraordinariamente importante, que desde ya cuenta con el apoyo de las universidades públicas. Estamos preocupados por la salud mental de las y los estudiantes y también de quienes trabajamos en la educación superior”.
De esta forma, se espera que el trabajo conjunto en torno a este plan permita identificar áreas de mejora, promover la implementación de medidas preventivas y de atención en salud mental, así como garantizar el bienestar de los estudiantes.
Fuente: Universidad de Chile.