La lucha contra el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) ha avanzado significativamente en las últimas décadas. Sin embargo, en Chile, hay un tema pendiente: la salud mental de las aproximadamente 100 mil personas que viven con el virus.
En un nuevo capítulo de Salud Mental al Día, el psicólogo y estudiante doctoral de MIDAP, Cristián Ortega, subraya la urgencia de abordar esta dimensión. «La manera en que se ha enfocado el VIH, como primera respuesta, siempre ha sido desde un lugar biomédico, lo que está perfecto porque necesitamos que las personas vivan, pero toda la parte de salud mental y los aspectos más psicosociales han quedado en segundo plano».
«Vivir con VIH es otra capa que queda en opresión, otra característica identitaria que queda en opresión. Si le sumamos clase social, si le sumamos etnia, podemos hacer un barrido de varias capas de identidad o de aspectos de la identidad que quedan en opresión. Eso ya genera presión sobre el sujeto», detalla el psicólogo de la Universidad de Concepción.
Urgencia en prevención y salud sexual integral
De acuerdo con Ortega, una de las consecuencias más alarmantes de la «normalización» del VIH es el declive de las campañas de prevención. Esto ha llevado a un aumento en las conductas de riesgo, especialmente entre la población joven, que percibe el VIH como una enfermedad «controlada» y menos letal.
La carencia de educación sexual integral en Chile es un factor crucial en este escenario. Ortega enfatiza que el VIH es solo «la punta del iceberg» de un problema mayor. «Todavía sigue siendo un tabú hablar de sexo en el 2025″. Esta brecha deja a adolescentes y jóvenes expuestos a información de baja calidad, mitos y prácticas sexuales sin la debida precaución.
Las estadísticas actuales muestran que la mayor concentración de nuevos diagnósticos de VIH se da entre los 18 y 34 años. Sin embargo, también se observa un preocupante aumento en adultos mayores de 65 años y una constante invisibilización de las mujeres en las políticas de salud sexual y VIH, quienes enfrentan un estigma aún mayor.
Un llamado a la acción integral
Cristián Ortega subraya que la respuesta a los problemas de salud mental en personas con VIH debe ser dual: preocuparse por los síntomas individuales, cuya prevalencia es alta, pero también trabajar en la resignificación social y cultural del VIH.
En este contexto, el papel de organizaciones como Savia, Chile Positivo y el Círculo de Apoyo Positivo, juega un importante rol en las estrategias creativas y efectivas, como los grupos de pares, para abordar los impactos psicológicos y acompañar a las personas con VIH.
La investigación doctoral de Cristián Ortega busca precisamente arrojar luz sobre estas realidades. A través de estudios cuantitativos y cualitativos, busca comparar la calidad de vida, síntomas depresivos y uso de sustancias en hombres que tienen sexo con hombres con y sin VIH, incluyendo experiencias con el diagnóstico y barreras de acceso a la salud mental.
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